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Cuidarte como líder optimiza tu equipo y tus propios resultados


Cuidarte como líder optimiza tu equipo y tus resultados | ESCOACHING

¿Sabías que la forma de actuar con tu equipo, de abordar un proyecto, de buscar soluciones, tu inspiración, empatía, eficiencia y todos tus talentos dependen directamente del estado en que te encuentres?

Si tienes a tu cargo un proyecto o la coordinación de un equipo es muy normal que esto suponga una tensión añadida en tu vida laboral, a lo que se suma en la actualidad, el efecto que pueda tener sobre ti y tu entorno la pandemia por el Covid-19.


Cuidarte creará en ti un estado de mayor serenidad y equilibrio, un terreno fértil para que broten tus cualidades, para tener una actitud positiva a pesar de las dificultades, para que se manifiesten tus talentos, y en definitiva, para ser tu mejor versión. De esta forma, es como podrás transmitir lo mejor a tu equipo y proyecto, optimizando tus resultados en cualquier situación.


Muchas empresas y profesionales son ya conscientes de esta relación cuerpo-mente-emoción y promueven el autocuidado a través de actividades como mindfulness, yoga, tai-chi, zona de gimnasio, juegos y otras iniciativas orientadas a la mejora del bienestar o wellness en el entorno profesional.


Establecer una rutina de autocuidado es una gran oportunidad a tu alcance. No solo te beneficiará a nivel laboral sino que mejorará tu vida de forma global.


¿QUÉ PUEDES HACER PARA CUIDARTE COMO LÍDER?



El primer paso que te sugiero es que tomes conciencia de varias cuestiones importantes:


1. Tu estado depende de ti. Tendemos a echar balones fuera y creer que nuestro estado depende sobre todo de lo que ocurre a nuestro alrededor. Influye, sí, pero en realidad tenemos mucho más poder sobre nosotros del que solemos creer. Cuanto antes lo asumamos, antes tomaremos las riendas.


2. Nuestros sistemas físico, mental y emocional están íntimamente relacionados, son inseparables. Como te sientas en cada uno de estos aspectos afecta a los demás. Por ejemplo, un exceso de tensión prolongado puede crear una bajada del sistema inmune, provocar contracturas o incluso problemas digestivos.


3. Calmar y profundizar la respiración alivia la tensión mental y emocional.


4. La sociedad actual nos lleva a adoptar hábitos que nos afectan de manera negativa, factores que se han visto acrecentados por la pandemia Covid-19. En concreto:



- Sedestación prolongada + mala higiene postural.


Según la OMS: “Las enfermedades no transmisibles asociadas a la inactividad física son el mayor problema de salud pública en la mayoría de los países del mundo”.


Debes saber que no movernos hace que aumente el riesgo de diabetes y de problemas cardiovasculares. Puede crear problemas en vértebras cervicales, zona lumbar de la espalda, alteraciones del sistema circulatorio y nervioso entre otros factores.


- Uso de dispositivos con pantallas.


El uso prolongado de ordenador, móvil, televisión, etc., crea problemas cervicales, en muñecas, brazos, hombros, espalda en general, afecta a la vista, calidad del sueño y claridad mental.


- Distrés o estrés con efectos negativos.


Mantener unos niveles de estrés muy altos a lo largo del tiempo (sin contrarrestar con unos buenos autocuidados) puede provocar distrés (estrés negativo), ansiedad, depresión, trastornos digestivos, aumento de la presión arterial, deficiencia en sistema inmunitario, bloqueo mental o inseguridad.



¿QUÉ TÉCNICAS SON MÁS EFICIENTES?


Lo que más te conviene depende .... ¡de donde partas! De tu estado mental, de cómo te sientas emocionalmente o físicamente en este momento y por supuesto, de tus circunstancias. No obstante, hay técnicas que te van a beneficiar sea cual sea tu “casilla de salida”, si las realizas con el cuidado y la guía adecuada.


  • Muévete: Es fundamental incorporar en tu vida actividades que te fortalezcan, estiren tu musculatura, movilicen tus articulaciones y creen salud postural. Idealmente puedes combinar estas actividades con algo de cardio. Bailar, pasear, hacer yoga online... ¡Lo que quieras. Pero muévete!


  • Observa y cuida tu respiración: Ser consciente de ella y buscar una respiración más regular y profunda cambiará tu estado emocional y mental. Es algo que puedes hacer en cualquier momento, por ejemplo mientras lees este artículo. Si además, realizas ejercicios específicos de respiración los beneficios se verán multiplicados.


  • Medita: Cuesta coger el hábito y es normal, tómatelo con calma, unos minutos al día para comenzar y luego puedes ir ampliando la duración. Eso sí, hay que ser constante. Es muy fácil caer en considerarla prescindible o creer que no lo estás haciendo bien, que no sirve, y abandonarla. Y nada más lejos de la realidad, siempre te va a ayudar. Hay muchas técnicas, como las que engloba mindfulness, escoge una y comienza a practicar. ¡Abajo te dejamos algunos recursos para que comiences!


  • Alimentación saludable y descanso adecuado: Vital para mantener nuestra salud a todos los niveles. ¿Cuánta fruta has tomado esta semana? ¿A qué hora te acuestas? Comienza a observar estos pequeños hábitos. Es precisamente en estos pequeños gestos, ¡donde reside la diferencia!



Los beneficios de la combinación de estas prácticas son tantos que no podríamos enumerarlos aquí. En términos generales crean un estado de mayor salud y equilibrio a nivel físico, mental y emocional. Aumentan tu energía y potencian cualidades como el autoconocimiento, la empatía, creatividad, autoestima, capacidad de resolución, alegría, aceptación, y muchas más.


Encontrarás (e irás encontrando) en este blog más claves para cuidarte, entrenarte y hacer brillar tus talentos pero, para terminar este post, responde por favor a esta pregunta:


¿Qué primer paso estás decidido/a a dar,

desde ya, hoy mismo, para autocuidarte?


¿Por qué no reservas tu cita gratuita y te pones manos a la obra?






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